miércoles, 15 de abril de 2009

PAPA CUENTAME CADA NOCHE UN CUENTO

Estimados padres:
Les informo de lo bueno que es leer a los niños. Los niños aprenden a hacer lo que veen en los padres. Es muy bueno que antes de acostarse a sus hijos le lean un cuento. Por ello le facilito la siguiente pagina web pacomova.eresmas.net. En ella, disponen Uds. de gran cantidad de cuentos clasifricados alfabeticamente.
Esperando que esta información sea de su utilidad me desido de Uds.
El Jefe de Estudios

sábado, 11 de abril de 2009

EL DIALOGO EN LA FAMILIA

La falta de dialogo aleja los padres de los hijos

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Cuando sólo se usa el lenguaje verbal hablamos de diálogo. Y este se da por dos formas extremas: por exceso o por defecto. Ambas, provocan distanciamiento entre padres e hijos. Hay padres que, con la mejor de las intenciones, procuran crear un clima de diálogo con sus hijos e intentan verbalizar absolutamente todo. Esta actitud fácilmente puede llevar a los padres a convertirse en interrogadores o en sermoneadores, o ambas cosas. Los hijos acaban por no escuchar o se escapan con evasivas. En estos casos, se confunde el diálogo con el monólogo y la comunicación con la enseñanza. El silencio es un elemento fundamental en el diálogo. Da tiempo al otro a entender lo que se ha dicho y lo que se ha querido decir. Un diálogo es una interacción y, para que sea posible, es necesario que los silencios permitan la intervención de todos los participantes.
Dialogar también es EscucharJunto con el silencio está la capacidad de escuchar. Hay quien hace sus exposiciones y da sus opiniones, sin escuchar las opiniones de los demás. Cuando eso sucede, el interlocutor se da cuenta de la indiferencia del otro hacia él y acaba por perder la motivación por la conversación. Esta situación es la que con frecuencia se da entre padres e hijos. Los primeros creen que estos últimos no tienen nada que enseñarles y que no pueden cambiar sus opiniones. Escucha poco a sus hijos o si lo hacen es de una manera inquisidora, en una posición impermeable respecto al contenido de los argumentos de los hijos. Esta situación es frecuente con hijos adolescentes. Estamos ante uno de los errores más frecuentes en las relaciones paterno filiales: creer que con un discurso puede hacerse cambiar a una persona. A través del diálogo, padres e hijos se conocen mejor, conocen sobre todo sus respectivas opiniones y su capacidad de verbalizar sentimientos, pero nunca la información obtenida mediante una conversación será más amplia y trascendente que la adquirida con la convivencia. Por esto, transmite y educa mucho más la convivencia que la verbalización de los valores que se pretenden inculcar. Por otro lado, todo diálogo debe albergar la posibilidad de la réplica. La predisposición a recoger el argumento del otro y admitir que puede no coincidir con el propio es una de las condiciones básicas para que el diálogo sea viable. Si se parte de diferentes planos de autoridad no habrá diálogo. La capacidad de dialogar tiene como referencia la seguridad que tenga en sí mismo cada uno de los interlocutores. Hay que tener presente que la familia es un punto de referencia capital para el niño y el joven: en ella puede aprender a dialogar y, con esta capacidad, favorecer actitudes tan importantes como la tolerancia, la asertividad, la habilidad dialéctica, la capacidad de admitir los errores y de tolerar las frustraciones.

LA FALTA DE CARIÑO RETRASA EL CRECIMIENTO INFANTIL

La falta de cariño retrasa el crecimiento de los niños
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La carencia afectiva no solo retrasa el crecimiento de los niños, como también aumenta sus posibilidades de desarrollar frecuentes infecciones debido a que sus mecanismos de defensa no funcionan cómo deberían. La falta de cariño y de afecto, también produce un grado importante de estrés y ansiedad en los niños, y dificulta su aprendizaje.
No hay duda de que el afecto es una necesidad básica en la educación de los hijos. El afecto acerca los padres a sus hijos, crea un canal de comunicación entre ambos, dice más que muchas palabras. El rechazo, el descaso, el abandono y la ignorancia, no son actitudes constructivas. El sistema inmune de niños carentes como es el caso de los niños que estuvieron en centro de acogida, que tuvieron que ser alejados de sus padres y de sus familias por motivos varios, o que vivieron en condiciones precarias y con mínimos recursos y muchas dificultades, es más frágil, y hace con que estos niños sean más propensos a desarrollar enfermedades.
Esta es una de las conclusiones a que llegaron los expertos que participaron en el Simposio de Pediatría sobre Enfermedades Infeccionas y su Prevención en Edad Pediátrica, en Málaga, España.Estudios y varias tesis doctorales han demostrado que los niños presentan una talla inferior de la normal cuando existe una inhibición del sistema hipófiso-adrenal que, en casos límite, puede impedir la producción adecuada de ciertas hormonas. Eso está asociado a la carencia afectiva que esos niños presentan por la falta diaria de cariño y de atención necesarios para tener armonía, tanto de su medio interno como del mundo que les rodea. El cariño, la atención y el afecto, principalmente en los primeros años de vida de un bebé, son herramientas importantes en la estimulación, para construir una buena autoestima, y para desarrollar la confianza y el respeto propio y hacia los demás.